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El 13 de enero es el día en que a nivel mundial se conmemora la lucha contra la depresión. En ese contexto, y producto del aumento de enfermedades mentales en pandemia, la Oficina de Jóvenes de la Municipalidad de Chiguayante se suma a esta tarea con una innovadora capacitación que formó Monitores Psicológicos, quienes trabajarán en la prevención de patologías psiquiátricas que, incluso, pueden desembocar en un alza de las tasas de suicidio de jóvenes, como lo detectado en el año 2021.

La posibilidad de cambiar y salvar una vida. Con ese mensaje y objetivo se desarrolló el taller y la posterior certificación de Monitores de Primeros Auxilios Psicológicos en Chiguayante.

Esta iniciativa fue impulsada por la Oficina de Jóvenes del municipio como respuesta al alza sostenida de patologías psiquiátricas en adolescentes durante la pandemia, situación generalizada a nivel nacional que repercutió en la comuna y alertó a los profesionales de la Dirección de Desarrollo Comunitario (DIDECO).

En relación a este programa, el alcalde de la comuna, Antonio Rivas, señaló que “hemos estado promoviendo actividades como ésta, porque detectamos situaciones psicológicas complejas producto de la pandemia. Hay muchos vecinos y vecinas que están solos, pasando por momentos difíciles desde lo emocional. Frente a aquello generarnos un trabajo de empoderamiento de la ciudadanía para persuadir, escuchar y ofrecer alternativas de solución”.

El taller de Monitores de Primeros Auxilios Psicológicos fue encabezado por psicólogas quienes desarrollaron dos módulos en los que participaron representantes sociales, vecinales y de organizaciones juveniles, además de vecinos en general. La finalidad fue formarlos para liderar este trabajo en sus comunidades, transmitirlo y prestar la primera ayuda a quienes lo requieran.

Los módulos estuvieron relacionados con la identificación de una situación de crisis y la entrega de herramientas para abordarla, como paso previo a la derivación a un profesional. Por otra parte, los monitores recibieron educación acerca del suicidio, cuyas tasas en la población juvenil aumentaron en estos últimos años.

Isidora Manríquez es una de las jóvenes que recibió esta certificación. Su motivación para ingresar al programa fue la detección de ciertas falencias en su rol de delegada de salud mental en su carrera universitaria. “Lo que falta son personas que tengan la capacidad de ayudar al otro e impactar sus vidas. Me siento preparada, porque nos dieron todas las herramientas y estas instancias son muy relevantes. Hoy nos convertimos en monitores y nuestro rol en la sociedad será algo muy importante de aquí en adelante”.

La salud mental ha planteado escenarios críticos en tiempos de pandemia que han llevado a la necesidad de generar nuevos espacios de apoyo como éste. Para Karina Arias, una de las psicólogas que formó a estos jóvenes, la pandemia ha agudizado enfermedades como la depresión y ansiedad.

Al respecto precisó que “hay situaciones de estrés que antes no teníamos y que recrudecen los problemas de salud mental. Muchas familias perdieron sus fuentes laborales y eso genera estrés familiar. Las cuarentenas, estar aislado, perder redes, que son las que nos brindan muchos recursos de apoyo emocional o económico, se perdieron o disminuyeron con la pandemia”.

Debido a la buena acogida y convocatoria de este taller, se programarán nuevos cursos durante este año, para lograr extender esta iniciativa y dotar de herramientas a las comunidades para alertar de manera temprana la necesidad de alguna intervención psicológica.

 

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